viernes, 7 de abril de 2017

EJERCÍTATE CON TU PERRO




Correr, caminar, andar en bicicleta: a muchos perros les gusta participar en las actividades de su dueño. Sin embargo, a la hora de practicar deportes con la mascota, es necesario tener en cuenta que el animal goce de buena salud, esté en buen estado y que el deporte en cuestión coincida con sus necesidades.

Para muchos especialistas, compartir un deporte con un perro fomenta el vínculo entre el animal y el dueño. Sin embargo, no todos los perros son aptos para acompañar a su amo en un deporte. Para un pequinés, un simple paseo a pie puede ser agotador. Y a los perros grandes, como un terranova o un dogo de Burdeos, les cuesta sostener el ritmo de un dueño que va en bicicleta.

Por otra parte, perros como los dálmatas o los samoyedos resisten bien hasta una maratón. Los perros de tamaño mediano suelen ser buenos acompañantes a la hora de hacer deporte, pero es importante que ya sean adultos.

Uno de los deportes más extendidos para compartir con el perro es andar en bicicleta. Sin embargo, para muchos animales es aburrido correr de forma monótona al lado de la bicicleta. Por eso, los veterinarios recomiendan tomar atajos por caminos no asfaltados para que el perro pueda correr sin estar atado a una correa. De esta forma se puede detener a gusto y olisquear un poco los lugares por los que pasa.



Para los perros también es un clásico caminar, incluso el montañismo, ya que forma parte de su naturaleza pasearse por lugares e ir sondeándolos. Cuanto más variado sea el paisaje, más interesante el recorrido para el animal.

Sin embargo, si el perro no está bien adiestrado, la montaña puede ser un problema. Si el dueño se aventura a una expedición así, es importante que el animal sea controlable incluso sin correa.

En general, no es necesario preocuparse por si el perro podrá acompañar al dueño en la expedición. La mayoría de los perros puede acompañar sin problemas al caminante más avezado. Quien tenga por delante un programa muy ambicioso debería asegurarse de que las articulaciones del animal estén en buenas condiciones. Sin embargo, para un animal sano, de peso normal, el paso de un hombre no representa un problema. Lo que logra un ser humano promedio suele ser bastante simple para un perro.

Lo importante es que el perro tenga suficientes oportunidades para beber líquido. Por eso, el dueño debería llevar consigo agua y un recipiente para que pueda beber. Lo mejor es ofrecerle agua a cada hora. Si el animal se vuelve cada vez más lento y le cuelga la lengua, o se echa al piso, lo mejor es hacer una pausa.

También es necesario tener especial cuidado en invierno, ya que sobre todo los perros más pequeños se cansan rápido en la nieve. Además, el hielo puede lastimarles las patas. En el caso de los animales de pelo largo, la nieve se los puede enredar tanto que luego sea muy difícil desenredarlo. Lo que debe descartarse de cuajo es andar en esquíes con el perro: las velocidades que se alcanzan y el riesgo de accidentes son demasiado altos.

Tanto en invierno como en verano, el perro es una compañía ideal a la hora de practicar deportes, siempre y cuando se tengan en cuenta sus necesidades.

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