Estás acostumbrado a esperar. Al fin y al cabo, necesitas ejercitarte durante un par de semanas para que tus músculos se destapen. Y la barriga sólo comienza a bajar tras siete días de rigurosa dieta.
El poder del tiempo
Pero en lo que se refiere al tabaco, el cambio llega rápido. Sólo necesitas estar ocho horas sin llevar un pitillo a la boca para que los niveles de nicotina en sangre se reduzcan a la mitad.
Y hay más recompensas para los valientes: en las primeras 24 horas de abstinencia se disminuye el riesgo de muerte súbita y elimina el monóxido de carbono en sangre, mientras que en el primer y tercer mes se aumenta la capacidad física y, a partir de los primeros nueves meses, se consigue mejorar el drenaje bronquial y reducir las infecciones. Al año, prosigue, el riesgo de infarto disminuye en un 50%.
Carrera de fondo
Esas son las buenas noticias. Las malas son muy malas, la verdad. Y es que el tabaquismo es una una enfermedad crónica que requiere de un tratamiento específico que transciende el ámbito clínico y conecta con el emocional.
En España mueren cada año alrededor de 50.000 personas a causa de enfermedades provocadas por el consumo de este producto, equivalentes a una media de 137 defunciones diarias como consecuencia del tabaco.
Las bajas de la nicotina
Y se estima un mínimo de 1228 muertes atribuibles a la exposición al humo ambiental de tabaco en no fumadores, aumentando el riesgo de padecer enfermedades crónicas como cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias. Así pues, si te estás pensando dar el paso, échale un vistazo a estos recursos que la Seguridad Social ha puesto a disposición de todos los valientes...
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